Una investigación realizada a finales de los ochentas aseguraba que alrededor de un 29% de las mujeres reconoció haber experimentado un orgasmo con estimulación de pezones y areola.

Recientemente, se midió la actividad cerebral en mujeres posterior a la estimulación del clítoris, la vagina, el cérvix y los pezones, encontrándose que con la estimulación o masaje de los pezones se activa la misma región cerebral que con la estimulación de la vagina. 

El orgasmo que se puede llegar a alcanzar con la estimulación de los pechos se puede explicar, en parte, a que se produce liberación de oxitocina, la cual es una hormona que participa de manera importante para que se produzca la excitación sexual y el orgasmo.