En estudios que han analizado los condicionantes de la satisfacción sexual en mujeres, se encontró que las variables relacionadas con la personalidad y la relación de pareja (como por ejemplo, una comunicación clara sobre temas sexuales, la disposición para tener relaciones sexuales y la percepción de cercanía), están más asociadas con la satisfacción sexual que aspectos como la frecuencia de la actividad sexual, la consistencia orgásmica (probabilidad de alcanzar el orgasmo en sus relaciones de pareja) o los niveles de excitación y de deseo sexual.

De la gama limitada de estudios realizados sobre la preferencia femenina, las mujeres parecen no preocuparse en gran medida por el tamaño del pene y están mucho más preocupadas por la personalidad, la inteligencia y el sentido de humor de sus parejas. 

Ahora bien, en términos exclusivamente anatómicos, la vagina en sí no tiene muchas terminaciones nerviosas, por lo que casi toda la estimulación que determina el placer durante el acto sexual proviene de la estimulación del clítoris (el cual sí es rico en terminaciones nerviosas). Así, el tamaño del pene tiene poco que ver con la sensación de placer de la mujer durante el acto sexual.

Por tanto, la satisfacción sexual no puede describirse en términos tan simples como menos o más centímetros de tamaño. Es el resultado de un proceso mucho más complejo, en el que participan factores físicos, psicológicos y culturales.