Numerosas parejas estables y monógamas usan el condón como método anticonceptivo. No provoca alteraciones hormonales como algunas pastillas anticonceptivas, no es invasivo ni permanente como la vasectomía o la salpingoclasia (ligadura de trompas de Falopio). Y además, es barato y práctico.

Además de ser un método anticonceptivo, recordemos que el condón también protege contra la transmisión de VIH/SIDA y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS).

A pesar de eso, el uso del condón continúa siendo controversial y poco frecuente en muchas parejas estables, en parte, por la existencia de algunos mitos relacionados al mismo. Uno de esos mitos es que muchas personas tienen la idea que el uso del condón es sólo para sexo casual, no para parejas estables.

 En nuestro país, como en muchos otros, el grupo que más crece en ITS y VIH/SIDA son las mujeres monógamas con pareja estable.

El contagio de VIH puede ocurrir por el contacto directo con fluidos corporales, especialmente durante las relaciones sexuales sin protección. Algunos creen que es más fácil contagiarse al tener muchas parejas sexuales, pero expertos indican que en la mayoría de los casos no es así. De acuerdo a la organización Aids Healthcare Foundation México (AHF), hasta un 90% de las mujeres que tienen VIH fueron contagiadas por una pareja estable. Representantes de esta Fundación afirman que de las 230 mil personas con VIH registradas en México hasta 2017, el 21% de ellos son mujeres.

De ese porcentaje, se estima que 8 de cada 10 mujeres fueron contagiadas por su pareja estable debido a que creyeron que no era necesario usar el condón durante las relaciones sexuales.

Estas cifras indican que, a pesar de tener una sola pareja sexual y estable, es indispensable el uso del condón en cada una de las relaciones sexuales. Recuerda que aunque veas a tu pareja sana y aseada, no significa que sea inmune a las ITS y no sabes a ciencia cierta cómo era la salud de sus parejas sexuales anteriores.

Por lo tanto, usar condón en cada relación sexual (no solo en sexo casual, sino también en parejas estables) es un compromiso y respeto por tu propia salud y la de tu pareja. Nunca es desconfianza, sino cuidarse mutuamente.